Paseo por Talamanca y su riera

Se acaban las fiestas navideñas. Hoy decidimos ir a pasear al bonito e histórico pueblo de Talamanca. La visita a este pueblo es altamente recomendable por muchas razones: su castillo, las casas de los siglos XVII y XVIII o el entorno de la riera con sus interesantes construcciones y balsas.

Plaça del Raval

Empezamos la ruta yendo a visitar la plaza de la iglesia, donde encontramos el edifioc histórico del ayuntamiento, la casa de colonias Llar Talamanca y la iglesia de Santa Maria de Talamanca, del siglo XII.

Iglesia de Santa Maria de Talamanca

En el interior de la iglesia, bonita y austera, hay una imagen de Santa Maria bastante curiosa, con los brazos elevados al cielo orando. Podemos visitar este enlace para información completa de esta edificación. 

Altar de Santa Maria de Talamanca

Lo siguiente que visitaremos (sólo por fuera) será el Castell de Talamanca, originario del siglo X, aunque sólo la torre y parte de la muralla se conservan de aquella época. Casi todo el castillo, perteneciente durante muchos siglos a la familia Talamanca, fue derruído en 1717 como castigo por haber tomado partido a favor de Carlos de Austria en la Guerra de Sucesión.

Castell de Talamanca

Junto al castillo podemos gozar de buenas vistas en un mirador con plafones que explican la "Batalla de Talamanca", la última que ganaron las tropas catalanas en 1714 y que se desarrolló en la zona de la Riera de Talamanca, que vamos a visitar y el terreno montañoso sobre la misma.

Memorial 1714 en Talamanca

En un día claro veríamos los Pirineos también. Descendemos ahora hacia la riera, con abundantes indicaciones que impedirán que nos perdamos. Son más o menos las 11 de la mañana y todavía encontramos escarcha helada en casi todo el descenso. Como muestra esta pequeña torrentera totalmente congelada.

Torrentera helada

Tras un revirado y sencillo descenso, todo por pista, llegamos frente al Molí del Menut.

Molí del Menut

Esta estética masía, se halla al otro lado de la riera y tiene un precioso reloj de sol esgrafiado en su fachada principal.

Resol solar del Molí del Menut

Nuestro camino sigue ahora junto a la riera, donde pronto encontramos las balsas o "gorgs" que allí se forman, ahora un tanto helados.

Gorgs en la Riera de Talamanca

Unos metros más adelante encontramos la Resclosa del Molí del Menut, una pequeña presa.

Rescloda del Molí del Menut

Junto a la presa probamos la resistencia de las gélidas aguas con pequeñas piedras. Ya se ve que ha helado bien.

En seguida dejamos el camino junto a la riera para empezar a subir por una pista, que dejaremos justo sobre la Bauma dels Gobians, una cueva natural que queda debajo nuestro y a la que no encontramos acceso. 

Bauma dels Gobians

A poca distancia de donde empieza este sendero hallamos una barraca de piedra seca, en perfecto estado de conservación.

Barraca de piedra seca junto a la Balma dels Gobians

Seguimos ahora el estrecho sendero que nos conduce hasta Can Valls primero y luego a la Sínia de Can Valls. Allí podemos observar el ingenio mecánico que, tirado por un animal, ayudaba a sacar el agua de la balsa anexa.

Sínia de Can Valls

Cruzamos de nuevo la riera y afrontamos el tramo con mayor inclinación de todo el recorrido. Por pista y en fuerte subida pronto hallamos señalización a El Fornot, un horno donde se cocían tejas y piezas de cerámica. 

El Fornot

Terminamos de remontar unos cuantos metros más por pista hasta alcanzar la Font de Talamanca, ya muy cerca del pueblo. Esta fuente, originaria del 1683, es de donde los vecinos se abastecían de agua y lavaban la ropa hasta el año 1968. Encontramos un árbol monumental y centenario, el Acer Negundo, que es una especie originaria de América.

Font de Talamanca y Negundo de la Font

Aprovechamos para probar las aguas de la fuente y disfrutamos de las vistas que ofrece el lugar. En unos 500 metros más ya estamos en las calles de Talamanca, donde seguimos asombrándonos por la conservación de las casas, fachadas y empedrados de las calles.

Casas de Talamanca

Paseamos por la calles del pueblo, que bien merecen una visita sin prisas. Encontramos, entre otras cosas, numerosos pesebres expuestos en todas partes, como parte de un concurso municipal.

Pesebre en las Calles de Talamanca

Y para finalizar el recorrido, poco antes de llegar al coche, una última mirada a Montserrat, que destaca frente a nosotros con su hermosa silueta.

Montserrat

Jornada tranquila en la que hemos conocido muchos e interesantes lugares de esta pequeña maravilla que se llama Talamanca. Otro día nos acercaremos a la vecina Mura, que también tiene incontables recodos para conocer.

Fotos de la ruta a la Riera de Talamanca

Descripción de la ruta a la Riera de Talamanca

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