Excursiones en Bujaruelo (III): Travesía por Batanes, Brazato y Bazias

12 del mediodía en Bujaruelo. Aparcamos y revisamos mochilas. Tenemos prevista una exigente travesía de 4 o 5 días, dependiendo de nuestras fuerzas. La idea es subir al Cerbillona por la Moskowa y bajar al otro lado del Vignemale para completar la travesía por el Puerto de Bernatuero hasta regresar a Bujaruelo. Como complemento subiremos algún otro pico en función de cómo vaya todo. La previsión meteorológica es buena. Parece que todo nos viene de cara, cuando encontramos el primer contratiempo. He cogido los cacharros para cocinar: bombona, sobres de sopa, olla y sartén de campaña, etc. O casi todo, porque resulta que me he olvidado... ¡El infiernillo!

Bien, habrá que reajustar planes. Por suerte hemos comprado comida de más. Quito los cacharros de la mochila y añadimos latas de conservas, embutidos, ensaladas de pasta envasadas... Parece que tenemos provisiones suficientes. Empezamos a caminar. Ahora el problema es otro, y es que hacía mucho tiempo que no hacíamos una excursión con tanta carga y nos está costando lo nuestro. Llevamos más peso del que podemos cargar para avanzar con comodidad.

Pasamos por delante del puente románico de San Nicolás de Bujaruelo, bien conservado.

Puente románico de San Nicolás de Bujaruelo

Avanzamos por la pista hasta el cruce con la Fuente Femalla. Proseguimos en dirección al Valle del Ara por pista. En breve llegamos al Puente Oncins, debajo del cual podemos ver las cristalinas aguas del Río Ara.  

Aguas cristalinas en el Puente Oncins

La pista avanza en ascenso. Pronto se interna en un espeso y estético hayedo.

Hayedo cerca del Refugio de Ordiso

Cerca de nosotros encontramos la primera de las cabañas de pastores del día, el Refugio de Ordiso o del Vado. Este refugio libre se encuentra en buen estado y muy cerca de la confluencia de las aguas del Río Ordiso con las del Río Ara.

Refugio de Ordiso o del Vado

Nos adentramos en el Valle del Ara, aguas arriba. Ahora el camino se convierte en una estética senda, que alterna subidas y bajadas en paralelo a la cuenca del río. Ya avistamos el impresionante macizo del Vignemale, uno de nuestros objetivos para estos días.

Vista del Vignemale camino de la Cabaña del Cerbillonar

Después de otro trecho de camino sin gran complicación, pero que debido al exceso de peso nos cuesta más de lo deseable, por fin llegamos a la Cabaña del Cerbillonar.

Llegando a la Cabaña del Cerbillonar

La subida hasta aquí no es de una gran dificultad, pero debido a la sobrecarga de nuestras mochilas no nos lo ha parecido, así que decidimos cambiar los planes ya que no nos vemos en disposición de afrontar toda la travesía, en especial el Corredor de la Moskowa, con tanta dificultad. Así es como decidimos hacer primero una travesía circular de 2 o 3 días, yendo en dirección a Panticosa. 

El mapa que tengo en la mochila sólo llega un poco al Oeste del Valle del Ara, por lo que además haremos la travesía "a ciegas". Sabemos del cierto que cualquier puerto de montaña al Oeste del Ara nos llevará en dirección a Panticosa. Para la vuelta intentaremos volver por otro collado.

Así es como seguimos remontando el valle hasta su cabecera, donde giramos al Oeste y subimos por el Barranco de los Batanes.

Subida por el Barranco de los Batanes

Seguimos subiendo hasta antes de llegar a los Ibones de los Batanes. Encontramos una buena explanada en la que hacer bivac. Por el camino, hablamos con otros excursionistas que nos dejan ver su mapa que nos ayuda situarnos un poco más y a planificar por dónde volveremos al día siguiente.

Después de una cálida noche en el hotel que tiene todas las estrellas, como se dice popularmente, nos despierta la luz del sol. Desayunamos tranquilamente y ascendemos de manera progresiva hasta los Ibones de Batanes.

Subiendo a los Ibones de Batanes

Ya en el último de los ibones, podemos ver los últimos metros de la pedregosa subida que nos queda hasta llegar al Cuello Alto de Brazato.

Subida al Cuello Alto de Brazato

Una vez arriba, echamos una mirada atrás, donde asoma poderosamente la silueta del macizo del Vignemale y los Ibones que acabamos de dejar atrás.

Macizo del Vignemale e Ibones de Batanes desde Cuello Alto de Brazato

Una vez en este paso a los valles del otro lado, reposamos para recuperar fuerzas y encontramos otro excursionista que nos deja echar un vistazo a su mapa para planear cómo retornar a Bujaruelo. Por lo que vemos tenemos varias opciones, pero optamos por retornar por el Cuello de Bazias, que es el paso accesible más cercano al nuestro.

Dudamos entre subir al Pico de Bazias e ir por camino hasta el Cuello, descender hasta el Embalse del Brazato, o intentar flanquear sin perder altura hasta nuestro cuello. Como desconocemos si la bajada del Pico de Bazias tendrá algún paso técnico, decidimos seguir el GR en dirección al Embalse de Brazato y según cómo veamos el terreno, optar por una opción u otra. De camino vemos claramente los Ibones Altos de Brazato.

Ibones Altos de Brazato

Pronto vemos que la opción de flanquear hasta el cuello parece la más factible. Aunque no hay camino marcado y el terreno es pedregoso, llegamos hasta el collado de manera relativamente sencilla. Vamos flanqueando, dejamos atrás la vertical del primer collado que encontramos, y cuando nos aproximamos al segundo, encontramos unos hitos que nos marcan el ascenso hasta él. 

Una vez en el collado, vemos a la izquierda una hilera de lagos, el último de ellos el Ibón de Espelunz. 

Ibón de Espelunz

El descenso por este lado parece más complicado y que nos llevará de vuelta la Barranco de los Batanes, por lo que optamos por descender hacia el otro lado, donde el terreno se ve más practicable. Es así como llegamos a un llano debajo del Collado de Bazias, y podemos intuir las trazas de descenso desde él.

Bajada desde el Cuello de Bazias

También asoma el Ibón de Bazias a la izquierda.

Ibón de Bazias

El descenso desde aquí parece sencillo y directo hasta el Valle del Ara. Lo afrontamos a la izquierda de la bajada de aguas, por terreno herboso y amable. Finalmente llegamos a una zona donde la bajada de aguas es más accidentada, y debemos coger una senda que flanquea en mitad de una ladera hasta volver a bajar de manera sencilla al fondo del valle.

Una vez en él, descendemos de nuevo aguas abajo hasta llegar a la confluencia con el Río Ara, que atravesamos por un puente.

Puente sobre el Río Ara

Ya estamos de nuevo en terreno conocido y es media tarde, así que decidimos volver a la Cabaña del Cerbillonar a pasar la noche y pensar con tranquilidad qué haremos al día siguiente.

Cuando estamos descansando al lado de la cabaña, mientras miramos la supuesta subida por el Barranco de Labaza hasta el Corredor de la Moskowa, vemos cómo dos personas están descendiendo y en poco tiempo llegan a donde estamos nosotros. Son un padre y un hijo, que nos cuentan cómo han ascendido y descendido Cerbillona y Vignemale por la Moskowa.

Ello nos sugiere que quizás al día siguiente podamos dejar el peso cerca de la cabaña y encarar la subida por la Moskowa, y según responda el cuerpo, finalizar el ascenso o dejarlo para otra ocasión. La visión de la Marmolera desde aquí es todo un espectáculo.

Marmolera del Macizo del Vignemale

Bien. Es hora de descansar. La improvisada travesía ha sido un éxito y los ibones, collados y lugares nuevos visitados han valido la pena. Mañana será otro día. Liberados de peso es muy posible que nuestro ascenso sea menos penoso. Veremos si lo suficiente para alcanzar la cima del Cerbillona o sólo para asomarnos a sus paredes. Pero eso será mañana...

Galería fotográfica de la travesía circular desde Bujaruelo por Batanes, Brazato y Bazias

Descripción de la travesía circular desde Bujaruelo por Batanes, Brazato y Bazias

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