4 tresmiles desde Baños de Panticosa: Algas N, Algas, Argualas y Garmo Negro

Acabamos de disfrutar de unos prolíficos días con ascensos a La Munia y a las cimas del Grand Tapou y al Pic de Milieu, en el macizo del Vignemale. A estos les han seguido unos días de actividades más suaves para recuperar debido a las malas previsiones meteorológicas. Ahora por fin tenemos una previsión favorable para cerrar el mes de Agosto y previsiblemente la temporada de tresmiles veraniegos. Estamos a 31 de agosto y decidimos ir a Baños de Panticosa, pues el ascenso a Garmo Negro y a las cimas cercanas (Algas y Argualas) parece asequible en el día y es una zona que tengo ganas de visitar por primera vez.

Llegamos a muy buena hora, tan buena que debemos salir con los frontales puestos pues aún no es de día. Partimos del aparcamiento junto al Ibón de los Baños. Al principio tenemos ciertas dudas sobre la ruta a seguir pues no encontramos indicaciones y estamos casi a oscuras. Pronto aparece un grupo que tiene muy claro el camino, así que los seguimos. Dejamos atrás la Cascada de Argualas y la Fuente de La Laguna, que visitaremos a la vuelta pues ahora no se aprecia demasiado debido a la falta de luz. El primer tramo hace continuas y cortas lazadas para ascender más suavemente. Nos colocamos detrás de un grupo bastante numeroso de chicos y chicas de Zaragoza, bastante jóvenes, que van charlando animadamente de sus cosas. Llevan un ritmo constante y bastante adecuado para nosotros, así que seguimos detrás de ellos un buen rato. Finalmente paran a recuperar energías y echarse crema solar. Aprovechamos para preguntarles a dónde se dirigen. Su objetivo son los Picos del Infierno. Nosotros continuamos ascendiendo. Ya distinguimos bastante claramente el Pico de Argualas o de la Bandera (que se llama así porque tiene una bandera que se distingue bastante bien desde lejos) y la Aguja de Pondiellos con la mole del Garmo Negro detrás.

Garmo Negro y Aguja de Pondiellos

Vamos por el camino al Cuello de Pondiellos, hasta que encontramos hitos que rompen a la derecha y toman una senda bastante horizontal de inicio y que va a buscar el paso entre el Pico de Argualas y el Garmo Negro, que se hace cada vez más evidente a medida que nos acercamos a él. 

Paso entre Argualas y Garmo Negro

En este tramo nos cruzamos con un chico que viene por otro camino que subía directamente hacia aquí, dando menos vuelta, y que nos hemos encontrado antes ascendiendo con sus padres por la primeras rampas del camino. El camino que ha tomado parece más exigente, pero puede ser una buena vía para descender. Vamos ganando inclinación y avanzamos por terreno descompuesto, hasta que nos encontramos entre el camino al Collado Argualas y un ascenso directo y muy marcado al Garmo Negro. Llegando a este punto nos sorprende un habitual de la alta montaña, un rebeco que se queda un rato parado en un nevero, dejándose hacer buenas instantáneas.

Rebeco en nevero

Dejamos el camino directo al Garmo Negro y nos dirigimos al Collado Argualas, por camino más suave aunque da un poco más de vuelta. Pasamos dos lenguas de nieve inclinadas y con la nieve un poco dura, de manera que extremamos las precauciones pues no llevamos crampones. Evitamos los pasos más inclinados rodeando el nevero por terreno pedregoso. Ya en el Collado Argualas disfrutamos de las primeras vistas hacia Francia donde podemos ver, entre otros, el estético Midi d'Ossau. Aún así lo que más nos impacta es la cresta hasta el Argualas, que no parece muy complicada al principio pero a medida que se acerca al final parece más inaccesible. Nos esperamos un rato en el collado, ya que otro montañero está recorriendo la cresta en dirección al Argualas y nos fijamos por dónde la afronta y la velocidad de su progresión. Según las clasificaciones de dificultad de los tresmiles requiere alguna trepada, pero debiera ser accesible para gente que no escala como nosotros. Los primeros metros son camino franco y pedregoso elevándose hacia la cresta, que tiene esta pinta cuando estamos en ella.

Cresta Algas Argualas

Así, sin grandes dificultades y por terreno no demasiado aéreo llegamos al primer tresmil de la jornada, el Algas Norte. Desde él tenemos unas preciosas vistas, destacando los cercanos macizos del Balaitús y de los Infiernos.

Balaitús e Infiernos desde Algas Norte

Y también echamos un vistazo hacia el Garmo Negro. Desde aquí ya vemos el ascenso que realizaremos a la vuelta desde el Collado Argualas a la cima por la cresta, que no debiera presentarnos grandes dificultades.

Infiernos y Garmo Negro

Seguimos por la cresta hasta la otra cima de Algas, a la que llegamos sin demasiada dificultad. A partir de aquí, buscando hitos, es mejor dejar la cresta y descender un poco hacia la izquierda, pasando por una especie de senda que vemos un poco por debajo nuestro. Es muy importante no perder aquí las marcas, pues el terreno se complica bastante si lo hacemos. Nos encontramos con el montañero que habíamos visto progresar por la cresta con anterioridad, que nos insiste en que dejemos la cresta y no perdamos las marcas. Yo sigo sin ver claro cómo subiremos la parte final al Argualas, pues hay una pared que parece infranqueable y no parece sencillo rodearla. Hacemos caso del consejo que nos han dado y sí, hay que trepar en diversas ocasiones, pero la piedra es buena y los agarres son firmes, sin haber excesiva dificultad. Cerca ya de la cima, llegamos a una pequeña pared, de un par de metros de altura, que se supera muy bien porque tiene muchas presas y segura. Una vez superada, estamos frente a la pared que parecía infranqueable de lejos y ahora sí se hace visible un camino que la rodea sin ninguna complicación por debajo y luego gira para alcanzar la cima.

En la Cima del Argualas

Desde aquí impresiona la gran mole del Garmo Negro y podemos ver cómo la práctica totalidad de personas que lo suben lo hacen por la marcada traza que hay en medio de ésta. A nosotros nos parece bastante más cómodo el ascenso al collado y luego ganar la cima por la cresta, tal como haremos. Otro invitado de excepción, visible casi toda la excursión, es el Vignemale, que podemos ver aquí a la izquierda del macizo de Monte Perdido. También vemos la bandera que le da su sobrenombre a esta cima. 

Vignemale y bandera del Pico de las Argualas

Debemos regresar ahora de nuevo por la cresta, que se ve de esta guisa desde nuestra posición:

Cresta desde el Argualas hasta los picos de Algas

Así, sólo nos queda deshacer el camino hecho hasta el Collado Argualas. Descendemos con precaución, pues no hay pasos excesivamente complicados pero sí hay que usar bastante las manos y algún paso aislado es bastante vertical. Ya de vuelta al collado, comenzamos el ascenso por la cresta al Garmo Negro. Es un ascenso realmente sencillo y cómodo, con traza muy marcada, sin necesidad de trepar en ningún momento y con piedra firme. Así que no tardamos en llegar al Garmo Negro, que tiene una vista majestuosa, aunque un poco empañada por la gran afluencia de excursionistas que la cima está recibiendo en el día de hoy. Os dejo un video panorámico grabado en la cima para que os hagáis una idea:

Echamos una mirada a la cresta que hemos recorrido desde el Argualas hasta los picos de Algas.

Cresta de Argualas a Algas

Y desde aquí podemos ver también los Ibones de Pondiellos, debajo de la espectacular y estética marmolera de los Infiernos. Supuestamente hay ascenso sencillo desde el Collado de Pondiellos hasta los Picos del Infierno, pero yo no consigo verlo. Habrá que acercarse otro día a comprobarlo.

Balaitús, Picos del Infierno e Ibones de Pondiellos desde Garmo Negro

Nos hacemos las protocolarias fotos en la cima y tomamos un buen descanso amenizado con alimentos energéticos y algo de bebida isotónica. Descendemos ahora por el camino directo, sin pasar por el collado. La senda está muy trazada, pero demasiado pisada y se hace un poco incómoda de descender en algún punto. No quiero imaginarme lo penoso de subir por ahí... Desde luego se puede hacer, pero parece realmente más cómodo ganar el collado y subir por la cresta como hemos hecho nosotros. En poco tiempo volvemos al camino que ya habíamos pisado, debajo del collado y seguimos descendiendo...

Descenso a Baños de Panticosa

Buscamos ahora el itinerario por donde hemos visto subir al chico por la mañana, intentando no repetir ruta de subida, descubrir alternativas y conocer más la zona. Esta alternativa desciende fuerte y rápido, aunque está muy marcada. Llega un momento en que topamos con una torrentera donde los hitos parece que se pierden. Si te fijas bien hay una especie de traza que desciende y da a una canal, donde debemos meternos y donde hallamos hitos de nuevo.

Canal de descenso

Al poco de meternos en la canal nos arrepentimos de haber buscado alternativas, pues aunque descendemos sin dificultad técnica, el camino se hace más pesado y lento en este tramo, donde hay que medir más los pasos y el terreno es más vertical. Aún así, el hecho de estar bastante encajonado da bastante seguridad. Por fin salimos de este tramo y retornamos al camino normal por el que hemos ascendido. Ya bien encaminados, paramos a comer, pues es bastante tarde y todavía no hemos hecho una comida decente. Nos partimos una empanada, bebemos algo para reponer líquido y para abajo de nuevo. En un ratillo más estaremos ya de nuevo en Baños de Panticosa y en el Ibón de los Llanos, al lado de donde hemos dejado aparcado nuestro vehículo.

Baños de Panticosa e Ibón de los Baños

Los Baños de Panticosa se construyeron alrededor de la aguas termales, que surgen a 53º C y que ya los romanos conocían. Hay un complejo con casino desde principios del siglo XX, así como un hotel e incluso el histórico refugio de Casa de Piedra, que aunque esté a pie de carretera y ya no sea un equipamiento de vital importancia para los montañeros ha sabido reciclarse para mantener las pernoctas y seguir funcionando.

Llegamos de nuevo a la Fuente de la Laguna, ahora ya de día y con visibilidad suficiente para apreciarla. Desde fuera tiene apariencia de capilla.

Fuente de La Laguna

Las aguas de esta fuente, que emergen a 22º C, son parte del conjunto de las termas de Tiberio, que se dice que ayudan a regular el equilibrio digestivo por su contenido cálcico. A pocos metros de esta fuente tenemos la Cascada de Argualas, que también aprovechamos para visitar ahora que sí hay visibilidad.

 Cascada de Argualas

Y llegamos por fin al Ibón de los Baños, donde podemos alquilar unas barcas si nos apetece dar un paseo por medio de sus tranquilas y cristalinas aguas.

Ibón de los Baños

Hemos finalizado esta completa excursión. Ha sido preciosa, reconfortante y un broche de oro a la temporada estival en Huesca. Ahora toca volver a casa, lo que da un poco de pena, pero siempre anima pensar en una buena cena y un buen descanso.

Galería de fotos de la ruta a los picos de Algas, Argualas y Garmo Negro

Descripción de la ruta a los picos de Algas, Argualas y Garmo Negro

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