Después de haber cambiado la ubicación de la última Xirucada me quedaron ganas de volver a la Cerdanya francesa, donde años antes había ascendido el espectacular Carlit. Ahora la idea era hacer algo más modesto pero no menos vistoso: ascender al Estany de Lanós para poder ver el lago más grande de toda la Cerdanya. Así, salimos a los 6 y algo de la mañana de Fabra i Puig, como mandan los cánones. Después de pagar religiosamente al paso por el Túnel del Cadí, no tardamos en llegar al parquing en Porté-Puymorens donde empieza la ruta. El camino es fascinante desde el principio. Ya antes de salir del coche habíamos pasado por el lago de El Passet.
Y nada más comenzar a andar cruzamos el caudoloso Rec de Lanós.
Son principios de otoño y los árboles ya tienen una variedad interesante de colores. Atravesamos por estrechos senderos, de manera muy cómoda, disfrutando de los frondosos bosques de estos lares franceses. La idea es hacer ruta circular, subiendo por el Camino de los Ingenieros y descendiendo por el GR 7. En un rato llegamos a amplios prados herbosos, donde encontramos unos hermosos caballos paciendo tranquilamente.
El Camino de los Ingenieros traza numerosos zigzags y sube de manera muy cómoda. Pronto ganamos vistas hacia cimas andorranas y al Estany de Font Viva.
A medio ascenso salimos a otro amplio prado, con una cabaña de libre acceso y bastante bien conservada. Ésta es una gran opción si queremos pernoctar a medio camino o hace mal tiempo.
Proseguimos el camino, también cómodo y reposado. En un rato hallamos los restos de unas antiguas construcciones y muy cerca de ellos el Refugio de los Ingenieros. Esta construcción está en perfecto estado y muy bien mantenida. Tiene una fuente junto a ella.
Pese a estar cerrada la mayor parte del refugio, accedemos a la única estancia que se encuentra abierta y más que un refugio parece un hotel. Hallamos literas con colchones, sábanas y mantas y una mesa en medio de ellas. La verdad es que parece altamente confortable y creo que tarde o temprano caerá una pernocta aquí.
Estamos bastante cerca ya del Estany de Lanós, nuestro objetivo final. Se llega por terreno llano a la base de la pared del embalse y desde allí nos queda subir un poco hasta alcanzar la propia cabecera del enorme lago. Realmente es grandioso y digno de ver. Observamos también el Pic de Font Viva y el Puigpedrós de Lanós, dos de las numerosas y altas cumbres que rodean este paraje.
Desde aquí surgen muchas posibilidades de travesías y ascensiones, que deberán ser exploradas en futuras ocasiones. Ahora daremos un paseo por uno de los laterales del lago, para ver otras perspectivas de éste. El camino avanza ahora un poco más accidentado, sin mostrar grandes dificultades. En un momento dado se separa de la riba del embalse y nos ofrece unas magníficas vistas hacia las cimas al Este: el Pic de Castell Isard y la Pica del Carlit.
Decidimos dar marcha atrás en este punto. Cuando llegamos a la parte inferior de la pared del embalse, no tardaremos a encontrar el puente que pasa sobre el Rec de Lanós siguiendo el GR 7, bien indicado.
A partir de aquí el camino es una marcada senda por la falda de la montaña, que se va alejando del fondo de valle y que mantiene altura e incluso asciende un poco en algún punto.
Otra curiosidad que hallamos en este tramo de retorno al punto de inicio son dos cavidades en la roca, las dos junto al camino, que parecen no continuar y que probablemente son cavidades artificiales. No he conseguido encontrar información de ellas como cavidades de interés, así que supongo que no llevan a ningún sistema subterráneo aunque no lo podría asegurar.
El día está despejado y la temperatura es confortable. Estamos disfrutando de una tranquila y preciosa excursión. Pronto deberemos dejar el GR7, que parece que no empieza a descender nunca. La impaciencia hace que nos equivoquemos y tomemos un sendero inexistente que desciende hasta el Rec de Lanós. Así que después de descender toca regresar al camino original, pues enlazar nuestro camino desde el Rec de Lanós parece una tarea ardua pues el terreno es muy accidentado.
De nuevo ya en el GR7, reponemos un poco de fuerzas. El error de orientación ha sido importante y hemos perdido algo de tiempo, aunque nada grave. Un rato después el sendero por fin comienza a descender y gozamos de buenas vistas al Estany de Font Viva. Mis compañeros, ambos del sector científico-sanitario, comentan que tiene forma de hígado y debería llamarse "Hepatolago" (gracias por la corrección, Agus). Juzgad vosotros mismos.
Descendemos rápido hacia el camino que enlaza los lagos de El Passet y de Font Viva. Por el camino nos encontramos algún ejemplar de fauna autóctona, que además se deja fotografiar.
Ya casi hemos retornado al punto de partida. Nos falta descender por un estrecho sendero, que avanza junto a un hermoso torrente y en el que volvemos a encontrar caballos.
Por el camino hay algún pequeño tramo en el que tenemos que descender por terreno rocoso, ayudándonos un poco de las manos pero sin complicaciones. Finalmente regresamos al coche, donde comemos algo y nos vamos sin dejar pasar mucho rato. Como es relativamente pronto decidimos acercarnos a Andorra, donde además de hacer una corta visita, echaremos gasolina a casi 15 céntimos por litro menos que en España. Desde allí, alargando un poco el camino, nos animamos a descender por Guissona, evitando así el Túnel de Cadí y parando a cenar en el buffet de la conocida cooperativa alimentaria. Bajamos sin perder un momento pues no sabemos muy bien a qué hora cierra el buffet. Llegados allí comprobamos que está abierto hasta las 12 de la noche, así que ya podemos cenar tranquilos. Puedo dar fe que la vuelta ha merecido la pena. Reponer energías en estos buffets por tan sólo 5 € siempre es interesante, especialmente si te gusta cocinarte la carne a tu gusto. Y así por fin visitamos el Estany de Lanós, entre otras cosas... ¡Hasta la próxima!