Xirucada 2014 - Día 1 - Pic de Sallafort y Castell de Requesens

Llega la 3º Xirucada. Después de la primera en la Cerdanya y la segunda en la Vall de Boí, tocaba ir a la Cerdanya de nuevo, esta vez a la francesa. Pero unos días antes llegan las previsiones de mal tiempo... Parece que en esa zona caerá una buena lluvia, así que hay que cambiar planes. El plan B sería acercarse a Tarragona, a las cercanías del Mont Caro que no tiene tan mala previsión. Pero un día antes la previsión para esa zona empeora. Ponemos en marcha el plan C. Después de revisar las zonas montañosas con menos probabilidad de lluvia decidimos ir a l'Alt Empordà, una tierra de espléndidas playas y de bonitas montañas. Conoceremos una zona de los Pirineos que no es muy habitual para nosotros.

Así queda decidido. El plan es subir al Pic de Sallafort desde el Coll de Banyuls el primer día y por la tarde acercarnos al Refugi de Forn de Calç para ver cómo evoluciona el tiempo. Si hace bueno ascenderemos al Puig Neulós al día siguiente, si no improvisaremos o simplemente disfrutaremos en el refugio de un relajado y tranquilo día. Nos vamos directamente al Coll de Banyuls, cuello pirenaico que limita con Francia y que dispone de un apañado refugio libre. Este refugio es un búnker reconstruido y mantenido por el Centre Excursionista Empordanès. Dispone de sitio para 12 personas y está en buenas condiciones.

Refugio del Coll de Banyuls

Los collados de l'Empordà están salpicados de historia. Aparte de ser lugares de paso de los exiliados a Francia en la Guerra Civil, podemos encontrar otros apuntes históricos, como el monolito en honor al llamamiento de Charles de Gaulle que hay aquí construido.

Monolito Charles de Gaulle

Las vistas desde aquí ya llaman bastante la atención. Podemos ver, por un lado la Torre de Madeloc en la lejanía.

Torre de Madeloc desde Coll de Banyuls

Y hacia el otro lado numerosas cimas fronterizas en la zona de l'Albera y el Querroig.

Querroig y cimas de l'Albera

Comenzamos entonces nuestro ascenso. La excursión no tiene pérdida. El camino está muy marcado y no tiene variantes. Sólo un pequeño cruce que además está muy bien indicado. A medio ascenso, aproximadamente, alcanzamos el Coll de les Eres. Es un pequeño rellano a media subida desde donde tenemos visión de nuestro objetivo final.

Pic de Sallafort desde Coll d'Eres

Paramos un poco a reponer fuerzas y seguimos ascendiendo. Ahora perdemos casi completamente la visión por niebla y decidimos caminar juntos porque aunque el camino es sencillo vale más asegurar siempre. Finalmente llegamos a lo que creemos que es la cima, ya que el camino no sube más y a partir de aquí sólo desciende.

En el Pic de Sallafort

Aunque no se vea mucho el entorno, aprovechamos los momentos para hacer publicidad, jeje.

Camisetas de Xiruca en el Pic de Sallafort

Cuando llevamos un rato y empezamos a coger frío iniciamos el descenso, en este caso por el mismo lugar de ascenso. Caminar entre brumas te quita toda la visión pero siempre le añade un componente de aventura y romanticismo a las excursiones. Después un rato de descenso, salimos de la niebla y por fin tenemos visión del Coll de Banyuls donde tenemos el coche.

Una mirada al Coll de Banyuls

Volvemos al punto de origen entonces y desde allí nos desplazamos a la pista que lleva a Requesens. Aparcamos el coche a unos 600 metros de las casas, en una curva por donde pasa el GR-11 y donde hay un horno en el que se hacían tejas y otros trabajos de barro, el "Forn de totxos".

Forn de totxos

Aunque hayamos cambiado planes siempre se descubren cosas interesantes, como este "pequeño" ciervo volante que rápidamente se hace amigo de Agus.

Ciervo volante

Cogemos la comida y las mochilas de travesía con sacos y esterillas y nos dirigimos al refugio de Forn de Calç, al que tardamos menos de 30 minutos en llegar. Lo primero que vemos es el Forn de Calç. Aquí se obtenía cal mediante la cocción, durante diversos días seguidos, de piedra calcárea. Se cree que su uso se extendió entre los siglos XVII y XIX.

Forn de calç

Y encima de este horno encontramos el agradable refugio libre, éste de 6 plazas, mantenido también por el Centre Excursionista Empordanès.

Refugi del Forn de Calç

Es media tarde y no tenemos nada planeado hasta la cena, así que aprovechamos para acabar de descubrir el maravilloso entorno de este refugio. No muy lejos, a unos 10-15 minutos, tenemos el fantástico Castell de Requesens.

Castell de Requesens

Los orígenes de este castillo se remontan al siglo XI, cuando los condes de Empúries y del Rosselló estaban inmersos en sendas disputas. El castillo fue reformado en el siglo XIII y en el siglo XV es cuando se hizo la reforma más importante, cuando los señores de Rocabertí construyeron los tres recintos amurallados que aún se pueden ver y que lo convirtieron en una poderosa fortaleza. Fue abandonado en el siglo XVI aproximadamente y en el XIX los condes de Peralada lo reconstruyen inaugurándolo en San Joan de 1899, justo 115 años antes de nuestra visita a estas murallas. Desde 1945 queda de nuevo deshabitado.

Curioseamos los alrededores del castillo, las diferentes puertas y entramos al primer recinto amurallado trepando un poquito.

Lateral del Castell de Requesens

La visita, aunque sólo sea por fuera es más que recomendable. Aquí podemos ver otra curiosidad del recinto: unos huesos de vaca que parece que nos está llamando asomando su pezuña a través de la muralla.

Huesos de vaca

Mientras estamos explorando la zona, unas gotas empiezan a caer y nos hacen retornar al refugio antes de que apriete. Dejamos que acabe de llover y seguimos explorando el entorno, que aún tiene diversos elementos peculiares. El primero y más cercano es la "Plaça carbonera". 

Plaça Carbonera

Aquí se apilaban troncos de haya, encina y corcho que, cubiertos por ramas, piedras, hojas y musgo, quemarían entre 5 y 8 días para obtener carbón. Fueron utilizadas hasta pasada la mitad del siglo pasado. También visitamos un pequeño embalse próximo.

Embalse

Y para finalizar, por si no fuera suficiente, pequeña visita a un pozo de hielo o "Pou de gel", que aquí vemos desde fuera.

Pou de gel

En esta segunda fotografía podemos ver su interior, donde se depositaban los bloques de hielo, muy preciados en la antigüedad como elemento de conservación de alimentos y de prevención y control de enfermedades. Este pozo en concreto, sobresale 3 metros desde el suelo y se ahonda 4 metros más, ofreciendo unas dimensiones de 7 metros en total de altura. 

Interior del pou de gel

Hechas todas la visitas y explorado el entorno, volvemos de nuevo a nuestra casita temporal, el recogido refugio del Forn de Calç. Allí cenamos, con una deliciosa coca de San Juan rellena de chocolate, cortesía de Jenny y alejados de ruidos, petardos y el follón de la ciudad en esta señalada víspera de San Juan. Cuando estamos acabando aparece un coche por la pista de tierra, cosa que nos extraña pues es una pista de uso exclusivo forestal. Sale de él una pareja, que nos pregunta si dormiremos allí. Hablamos un poco y cuando se despiden el hombre le dedica unas últimas palabras al refugio:

-Ese techo lo aguanta todo. Lo tengo comprobado.

Así se despiden nuestros amigos. Nos preguntamos a qué tipo de pruebas habría sometido al tejado del refugio, lo que dio pie a una animada sobremesa. Y después, sin ruidos, ni petardos, ni jaleo, nos vamos a dormir.

Mañana más. Si hace buen día iremos al Puig Neulós y si llueve haremos una vista a Aiguamolls de l'Empordà. Mañana veremos.

Descripción de la vuelta a Requesens

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